martes, 2 de febrero de 2010

Para cerrar el curso...

... nada mejor que hacer un balance de lo que ha significado esta asignatura y lo que he aprendido con ella.
Para mi ha sido una experiencia novedosa, a la vez que exitante. Llegar a clase y no saber muy bien por donde ibamos a empezar, ni mucho menos donde ibamos a terminar, ha sido enriquecedor y divertido.
Me llevó de esta asignatura la innovación, el saber que las clases se pueden dar de una manera más dinámica y participativa. Cada vez que entraba en ese aula era como un soplo de aire fresco a mi pesado y aburrido día académico.
Y ¿qué decir de la última etapa de exposiciones?. Me han parecido fascinantes, algunas me han gustado más que otras, pero por lo general creo que pusimos el listón muy alto. Se podía ver la ilusión de la gente por mostrar el trabajo de tantas semanas, por hacerlo ameno y accesible para los demás, y sobre todo por sorprendernos a todos.
Nosotros, mi grupo con la exposición de Brasil, intentamos innovar. Buscamos una manera divertida de hacerles llegar el tema y desde el principio de la exposición captar vuestra atención, y creo que, en cierto modo, lo conseguimos.
Aquí les dejo el link donde pueden ver nuestro trabajo de Brasil:

http://www.megaupload..com/?d=JK9E4Y68

No querría despedirme sin antes decir que ha sido un placer compartir con vosotros esta experiencia, que espero algún día poder repetir con alguna otra asignatura.

domingo, 24 de enero de 2010

Exponiendo trabajos...

El primer día de exposiciones de trabajos algunos de mis compañeros ya trataron un tema que tocaba bastante el nuestro. Este trataba del mercosur, que es un acuerdo de libre comercio que firmaron en el año 1991 Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil, siendo este último país al que hemos dedicado nuestro trabajo.
En el tema económico de Brasil, y en especial su papel en el mercosur, no hemos profundizado mucho y es por eso que no voy a comentarlo aquí.
Lo que si voy a comentar, es la relación que tiene Brasil con el narcotráfico, trabajo excelentemente presentado por otros de mis compañeros.
Brasil es uno de los países democratizados con más alto índice de violencia y esta es debida, en gran medida, a como la droga es comercializada y al componente territorial que tiene este comercio, ya que las mafias de la droga controlan determinadas zonas en las que establecen su ley.
Me atrevería a decir que la mayoría de los males sociales, especialmente la violencia, que tiene este país es debido al tráfico de drogas, ya que estas generan poder y dinero, lo que lleva en muchos casos a la corrupción de agentes del Estado. Es muy posible que de no existir este contrapoder, la clase política estaría más "limpia", aunque visto lo visto en países como el nuestro la corrupción es mucho más común de lo que pensamos.
Como todavía no hemos expuesto nuestro trabajo, no quiero adelantar más cosas acerca de lo que vamos a tratar en él, pero uno de los puntos que tratamos es el narcotráfico como fuente de violencia en Brasil.

martes, 5 de enero de 2010

Fotografías

Antes que nada Feliz año a todos!!
Hoy quiero compartir con ustedes unas fotografías de mi preciosa isla (LA PALMA), hechas por mi hermano. No sé si será amor de hermana, pero a mi me gustan muchísimo. Espero que también a vosotros.












lunes, 14 de diciembre de 2009

La naturaleza de las crisis capitalistas

Marx nunca perdió de vista el problema de la crisis, aunque en ninguno de sus escritos se encuentra nada que se aproxime a un análisis completo o sistemático de esta materia.
Para él la crisis real puede explicarse sólo por el movimiento real de la producción capitalista, de la competencia y del crédito. Por esto último entendía toda estructura de organización de los mercados y el mecanismo financiero que hace a la economía real mucho más complicada que los sistemas tipo analizados en el capital.
Una moneda, o un medio de circulación más o menos estable, es un rasgo necesario de una sociedad que ha avanzado más allá de la etapa del trueque ocasional. En tanto que la forma de transacción de trueque es M-M, en condiciones de la producción de mercancías desarrollada la forma de cambio se convierte en M-D-M. Así se ahorra tiempo y resulta posible la verdadera especialización, que es la base de la productividad incrementada.
Pero este tipo de producción lleva consigo la posibilidad de una crisis que sería inconcebible en una economía más simple. Esta crisis se produciría por una interrupción en el proceso de la circulación, que está condicionado por la separación de la compra y la venta. Es entonces cuando coinciden existencias de mercancías invendibles y necesidades insatisfechas, ya que cada productor ha producido más de lo que puede vender. Por tanto, esta crisis será una crisis de sobreproducción, aunque esta no será la causa de la crisis sino su resultado. Si averiguamos por qué A vendió y no pudo comprar, habremos descubierto la causa de la crisis. El atesoramiento es una explicación concebible de una crisis de este tipo, si bien es sabido que como un fin en sí mismo es mucho más común en condiciones próximas a la producción simple de mercancías, que en sociedades más avanzadas.
Los teoremas elaborados a base de suposiciones implícitas de producción simple de mercancías fueron con frecuencia generalizados y aplicados erróneamente a la producción capitalista. Una muestra de esto es la “Ley de los mercados de Say”, que sostiene que a una venta sigue invariablemente una compra por igual cantidad, es decir, que la circulación M-D-M no puede interrumpirse, y por tanto no puede haber crisis ni sobreproducción, algo que no es cierto para todas las circunstancias.
En realidad uno no está obligado a comprar sólo porque ha vendido, y además la venta está separada en el espacio y en el tiempo. Cuando se dice que M-D-M contiene la posibilidad de crisis, se está diciendo que en esta forma misma reside la posibilidad de división y separación de operaciones esencialmente complementarias.
Pero esta forma de circulación M-D-M, característica de la producción simple de mercancías, se convierte bajo el capitalismo en D-M-D’.
En M-D-M existe un valor de cambio, la M al comienzo y la M al final son idénticas; y también un valor de uso, en tanto que la primera M no tiene ningún valor de uso para su productor pero la segunda M la desea porque su valor de uso es mayor para él. Así el propósito del cambio es la adquisición de valor de uso y no un aumento del valor de cambio.
En cambio, en D-M-D’ es completamente diferente. El capitalista inicia su carrera con dinero (D), lanza este a la circulación a cambio de fuerza de trabajo y medios de producción (C), y después de cumplido el proceso de producción reaparece en el mercado con mercancías que transforma de nuevo en dinero (D’), dinero que vuelve a ser metido posteriormente otra vez en circulación. En este caso tanto la D al principio como la D’ al final representan valor de cambio, pero ninguna de ellas posee valor de uso.
El capitalismo es producción para obtener ganancia, y es esto lo que explica por qué es peculiarmente susceptible a las crisis y a la sobreproducción.
Lo que interesa al capitalista es elevar al máximo su tasa de la ganancia, que es el objetivo inmediato que tiene delante cuando aventura su capital en la producción. Pero en lo que concierne a la posibilidad formal de la crisis, no hay diferencia entre la producción simple de mercancías y el capitalismo. También aquí cualquier interrupción en el proceso de circulación, cualquier retención del poder de compra respecto del mercado, puede iniciar una contracción en el proceso de circulación, que dará origen a una sobreproducción y que se reflejará en un descenso de la producción.
Está claro que si le ocurre algo al incremento del dinero, el capitalista reconsiderará inmediatamente la conveniencia de lanzar su dinero a la circulación. Tan pronto descienda la tasa de la ganancia por debajo del nivel ordinario, comenzará una reducción de las operaciones de los capitalistas, esperando la vuelta de condiciones más favorables, rompiendo así la continuidad del proceso de la circulación y precipitándose la crisis.
Cada capitalista individual tiene que escoger entre dos líneas de acción alternativas: devolver un capital a la circulación o conservarlo en su forma de dinero. Pero a la larga, si quiere continuar siendo un capitalista, antes o después tendrá que reinvertir su capital.

La tendencia descendente de la tasa de ganancia

Para Marx una misma cantidad de trabajo, operando con un equipo más perfeccionado y eficiente, puede elaborar más materiales y rendir un volumen cada vez mayor de productos acabados. Esto significa que la productividad del trabajo crece de manera continua y también la composición orgánica del capital (la proporción del desembolso capitalista en materiales y maquinaria con respecto al desembolso total) asciende. De estos elementos elaboró Marx su “ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia”.
La tasa de la ganancia (g) puede expresarse en términos de la tasa de plusvalía (p’) y la composición orgánica del capital (o), según la siguiente fórmula:
g = p’ (l – o)
De aquí se sigue que si suponemos que la tasa de plusvalía se mantiene constante, la tasa de ganancia vería en sentido inverso a la composición orgánica de capital, y se ha establecido que esta última presenta una tendencia ascendente en el curso del desarrollo capitalista, por lo que debe haber, al menos, una tendencia de la tasa de ganancia a caer.
Por una parte, la composición orgánica ascendente del capital es la expresión de la creciente productividad del trabajo, mientras que la tasa descendente de la ganancia indica que hay que cerrar los cauces de la iniciativa capitalista, ya que esta es la fuerza compulsora de la producción capitalista y sólo se producen las cosas que dan una ganancia.
Marx enumera cinco causas contrarrestantes, que contrarrestan y anulan la “ley general de la tasa descendente de la ganancia”, dejándola tan sólo en una tendencia. Estas pueden ser clasificadas según su efecto sea mantener baja la composición orgánica del capital o elevar la tasa de plusvalía.
- Abaratamiento de los elementos del capital constante. El uso creciente de maquinaria, elevando la productividad del trabajo, disminuye el valor por unidad del capital constante.
- Aumento de la intensidad de explotación. El autor hace hincapié en la prolongación de la jornada de trabajo, que eleva directamente la tasa de plusvalía aumentando la cantidad de trabajo excedente sin afectar al trabajo necesario, y en lo que se llamaría “acelerar” y “estirar”, que eleva la tasa de plusvalía haciendo entrar el trabajo necesario en un tiempo más corto. En la práctica es la causa más importante.
- Depresión de los salarios más debajo de su valor. Solo es mencionado de paso por Marx.
- Sobrepoblación relativa. El uso de la maquinaria deja libres a un determinado número de trabajadores, creando así la sobrepoblación relativa. La existencia de trabajadores desocupados conduce a la instalación de nuevas industrias con una composición orgánica de capital relativamente baja y, en consecuencia, una tasa de ganancia relativamente alta, por lo que es uno de los factores que tienden a elevar la tasa de plusvalía.
- Comercio exterior. Abarata en parte los elementos del capital constante y tiende a elevar la tasa de ganancia elevando la tasa de plusvalía y reduciendo el valor del capital constante.
Sweezy hace una crítica a esta ley de Marx, ya que si bien parece correcto el suponer una composición orgánica ascendente del capital, no considera igual el suponer al mismo tiempo una tasa constante de plusvalía.
Un ascenso en la composición orgánica del capital significa necesariamente un aumento en la productividad del trabajo, y una más alta productividad va invariablemente acompañada por una tasa más alta de la plusvalía. Por lo que se tiene que suponer que la creciente composición orgánica del capital marcha a la par con una tasa ascendente de la plusvalía.
En términos físicos es seguramente verdad que la cantidad de maquinaria y materiales por obrero ha mostrado una tendencia a crecer rápidamente, pero la composición orgánica del capital es una expresión de valor, y debido a la productividad del trabajo en ascenso constante, el crecimiento en el volumen de la maquinaria y materiales por obrero no debe considerarse como un índice del cambio en la composición orgánica del capital.
Según Sweezy no hay ninguna suposición general de que los cambios en la composición orgánica del capital serán relativamente tan superiores a los cambios en la tasa de plusvalía, que los primeros dominarán los movimientos en la tasa de la ganancia. Por el contrario, parece que debemos considerar las dos variables como de importancia aproximadamente coordinada. Por esta razón la formulación de la ley de Marx no es muy convincente para el autor de este libro, al igual que tampoco lo son los intentos en demostrar que una composición orgánica ascendente del capital debe ser acompañada por una tasa ascendente de la ganancia.
Una cosa que si parece totalmente segura, es que el aumento en la composición orgánica del capital tenderá a restablecer la tasa de plusvalía y a acrecentar el volumen de la plusvalía más allá de lo que éste hubiera sido en ausencia del aumento de la composición orgánica del capital.
Además de las mencionadas anteriormente, existen otras fuerzas que son importantes en los movimientos de la tasa de la ganancia. Estas pueden ser clasificadas en aquellas con tendencia a deprimir la tasa de ganancia y las que tienden a elevarla.
Entre las primeras están los sindicatos y la acción del Estado en beneficio de los trabajadores; mientras que las que tienden a elevar la tasa de la ganancia son las organizaciones patronales, la exportación del capital, la formación de monopolios y la acción del Estado en beneficio del capital.