lunes, 14 de diciembre de 2009

La tendencia descendente de la tasa de ganancia

Para Marx una misma cantidad de trabajo, operando con un equipo más perfeccionado y eficiente, puede elaborar más materiales y rendir un volumen cada vez mayor de productos acabados. Esto significa que la productividad del trabajo crece de manera continua y también la composición orgánica del capital (la proporción del desembolso capitalista en materiales y maquinaria con respecto al desembolso total) asciende. De estos elementos elaboró Marx su “ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia”.
La tasa de la ganancia (g) puede expresarse en términos de la tasa de plusvalía (p’) y la composición orgánica del capital (o), según la siguiente fórmula:
g = p’ (l – o)
De aquí se sigue que si suponemos que la tasa de plusvalía se mantiene constante, la tasa de ganancia vería en sentido inverso a la composición orgánica de capital, y se ha establecido que esta última presenta una tendencia ascendente en el curso del desarrollo capitalista, por lo que debe haber, al menos, una tendencia de la tasa de ganancia a caer.
Por una parte, la composición orgánica ascendente del capital es la expresión de la creciente productividad del trabajo, mientras que la tasa descendente de la ganancia indica que hay que cerrar los cauces de la iniciativa capitalista, ya que esta es la fuerza compulsora de la producción capitalista y sólo se producen las cosas que dan una ganancia.
Marx enumera cinco causas contrarrestantes, que contrarrestan y anulan la “ley general de la tasa descendente de la ganancia”, dejándola tan sólo en una tendencia. Estas pueden ser clasificadas según su efecto sea mantener baja la composición orgánica del capital o elevar la tasa de plusvalía.
- Abaratamiento de los elementos del capital constante. El uso creciente de maquinaria, elevando la productividad del trabajo, disminuye el valor por unidad del capital constante.
- Aumento de la intensidad de explotación. El autor hace hincapié en la prolongación de la jornada de trabajo, que eleva directamente la tasa de plusvalía aumentando la cantidad de trabajo excedente sin afectar al trabajo necesario, y en lo que se llamaría “acelerar” y “estirar”, que eleva la tasa de plusvalía haciendo entrar el trabajo necesario en un tiempo más corto. En la práctica es la causa más importante.
- Depresión de los salarios más debajo de su valor. Solo es mencionado de paso por Marx.
- Sobrepoblación relativa. El uso de la maquinaria deja libres a un determinado número de trabajadores, creando así la sobrepoblación relativa. La existencia de trabajadores desocupados conduce a la instalación de nuevas industrias con una composición orgánica de capital relativamente baja y, en consecuencia, una tasa de ganancia relativamente alta, por lo que es uno de los factores que tienden a elevar la tasa de plusvalía.
- Comercio exterior. Abarata en parte los elementos del capital constante y tiende a elevar la tasa de ganancia elevando la tasa de plusvalía y reduciendo el valor del capital constante.
Sweezy hace una crítica a esta ley de Marx, ya que si bien parece correcto el suponer una composición orgánica ascendente del capital, no considera igual el suponer al mismo tiempo una tasa constante de plusvalía.
Un ascenso en la composición orgánica del capital significa necesariamente un aumento en la productividad del trabajo, y una más alta productividad va invariablemente acompañada por una tasa más alta de la plusvalía. Por lo que se tiene que suponer que la creciente composición orgánica del capital marcha a la par con una tasa ascendente de la plusvalía.
En términos físicos es seguramente verdad que la cantidad de maquinaria y materiales por obrero ha mostrado una tendencia a crecer rápidamente, pero la composición orgánica del capital es una expresión de valor, y debido a la productividad del trabajo en ascenso constante, el crecimiento en el volumen de la maquinaria y materiales por obrero no debe considerarse como un índice del cambio en la composición orgánica del capital.
Según Sweezy no hay ninguna suposición general de que los cambios en la composición orgánica del capital serán relativamente tan superiores a los cambios en la tasa de plusvalía, que los primeros dominarán los movimientos en la tasa de la ganancia. Por el contrario, parece que debemos considerar las dos variables como de importancia aproximadamente coordinada. Por esta razón la formulación de la ley de Marx no es muy convincente para el autor de este libro, al igual que tampoco lo son los intentos en demostrar que una composición orgánica ascendente del capital debe ser acompañada por una tasa ascendente de la ganancia.
Una cosa que si parece totalmente segura, es que el aumento en la composición orgánica del capital tenderá a restablecer la tasa de plusvalía y a acrecentar el volumen de la plusvalía más allá de lo que éste hubiera sido en ausencia del aumento de la composición orgánica del capital.
Además de las mencionadas anteriormente, existen otras fuerzas que son importantes en los movimientos de la tasa de la ganancia. Estas pueden ser clasificadas en aquellas con tendencia a deprimir la tasa de ganancia y las que tienden a elevarla.
Entre las primeras están los sindicatos y la acción del Estado en beneficio de los trabajadores; mientras que las que tienden a elevar la tasa de la ganancia son las organizaciones patronales, la exportación del capital, la formación de monopolios y la acción del Estado en beneficio del capital.

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